Todo comenzó hace tiempo y a lo lejos.
LOS RECUERDOS SON MUCHOS, LAS IMÁGENES LO SON TODO.
El amor y la pasión por la fotografía no son recientes ni nada ajenos a mi forma de ser y ver las cosas.
Criado en una familia de clase media, tuve la suerte de encontrarme con una pequeña RICOH 500 GX de visor directo propiedad de mi papá, quién hace unos 30 años atrás recibió ese pequeño gran misterio de las manos de mi mamá en calidad de regalo del día del padre.
Curioso e interesado por ese objeto de deseo, siempre intentaba adueñarme de él. Pero pasaría algo de tiempo hasta que, a la edad de 9 años, llegara a mis manos casi por necesidad y para marcarme el camino definitivo.
Aquel día domingo fue, sin saberlo, el antes y el después.
Unos meses atrás había llegado a la familia mi hermano pequeño y era su Bautismo. Claro está que el fotógrafo familiar ese día oficiaría de padre. Envueltos en la necesidad de conseguir a alguien para fotografiar el evento, me paré a ciegas con la RICOH en mis manos puesta en su totalidad en automático y disparé mi primer Rollo de 36 exposiciones…
Después vendrían el fin de la escuela primaria, la escuela secundaria y hasta un intento de carrera de Literatura.
Tras haber recorrido mi adolescencia en un mundo muy lejano a la fotografía, volví a reencontrarme con ella mientras estudiaba Cine. Fue entonces cuando decidí que ya no volvería a abandonarla nunca más.
Hoy, a mas de 25 años de aquel lejano domingo, y tras haber recorrido diferentes caminos (mudanzas de varias ciudades y hasta una de continente), nada ha podido cambiar la pasión y las ganas con las que capturo cada momento que transcurre ante mi objetivo.